Thursday, March 24, 2016

Almost 10% of the inhabitants of Buenos Aires does not have access to drinking water

275,000 of the City of Buenos Aires have connection problems; They live in villages and settlements.

10 am Saturday and Mariluz Zambrana estimated that the tanker will arrive from one moment to another. She was not impatient. Uncover the blue drum of 750 liters water soon hopes to fill (and then pump it to the tank it is above the ceiling) and is accommodated in a plastic stool.

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ella Tiene 34 años y vive en el asentamiento Playón de Chacarita desde 2006; en una casa que, ladrillo a ladrillo, levantó con su familia: en la planta baja, conviven su mamá y su padrastro, dos hermanos y una tía, mientras que ella comparte la parte de arriba con sus dos hijos: Jessica, de 18, y Víctor, de 11.

Ubicado en la comuna 15, en Playón de Chacarita residen aproximadamente 850 familias. "En un principio, no teníamos agua. Los vecinos que estaban más cerca de la calle nos permitían que llenáramos baldes en sus canillas", recuerda Maryluz, que trabaja como auxiliar de limpieza en una escuela y es referente de la urbanización del barrio. "Con el tiempo, fuimos haciendo conexiones clandestinas, pero cada vez llegaban más familias y comenzaron a ser insuficientes: la presión del agua es muy baja, y si uno se sumaba a la red, sí o sí perjudicaba a otro vecino."

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Muchos reclamos con pocas respuestas
Según datos oficiales, existen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) 14 villas y 21 asentamientos, en los que viven alrededor de 275.000 personas (el 9% de los porteños). Estas cifras contrastan con las del Relevamiento de Asentamientos Informales realizado por la organización Techo en 2013, que suma 56 villas y asentamientos informales en los que vivirían 73.325 familias.

El 93% de estos barrios tiene una conexión irregular a la red pública de agua; sólo en el 5% de los casos las familias disponen de una conexión formal, y el 2% de los asentamientos se abastecen a través de un camión cisterna u otros métodos.

"Se llama conexión irregular cuando los vecinos se enganchan ellos mismos a la red pública de agua corriente más cercana sin recibir una prestación formal del servicio, lo que implicaría que se les dé una factura y una empresa cobre por otorgárselo", explica Marina Morgan, directora del Centro de Investigación Social de Techo.

El informe destaca que algunos de los inconvenientes que trae el uso de agua proveniente de una conexión irregular son, por ejemplo, la poca presión y el hecho de que las mangueras suelen pincharse, lo que provoca su contaminación.

La escasa cantidad que llega finalmente a los hogares disminuye aún más en verano, cuando más hace falta, lo que puede derivar en deshidratación y otros problemas de salud e higiene para sus habitantes.

Pablo Vitale, coordinador del área de Derecho a la Ciudad de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), subraya: "Los servicios en estos barrios, incluida el agua, se prestan siempre en forma diferenciada del resto de la ciudad: de manera limitada, deficiente y confusa".

Esto, asegura, pone de manifiesto un patrón de desigualdad discriminatorio hacia los sectores de menos ingresos: las zonas sin acceso a agua potable y segura tienden a coincidir con aquellas en donde viven las personas de ingresos más bajos.

Marcos Chinchilla junta el agua en palanganas
Marcos Chinchilla junta el agua en palanganas.Foto:Ricardo Pristupluk
Exigir un cambio

Dispuesta a no claudicar en el reclamo de este servicio, Maryluz, junto con un grupo de vecinos de Playón de Chacarita, realizó presentaciones a Aysa y a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad.

"En 2009, los vecinos autoconvocados le iniciamos una causa judicial al gobierno porteño y la jueza respondió a favor nuestro y dijo que debía abastecer al barrio de agua, luz y cloacas", cuenta. "En 2010, empezaron a llegar los camiones cisterna, y cuatro años más tarde Aysa abrió algunas bocas de agua en la periferia: los mismos vecinos hicieron las conexiones, pero son muy débiles, con poca presión." A las manzanas seis (donde vive Maryluz) y siete no llega ni una gota.

Quienes viven allí esperan todos los días que el camión cisterna estacione en la única entrada que tiene el asentamiento. Las mangueras se desenrollan en los pasillos serpenteando entre agua estancada, excrementos de perros y por encima de los pozos ciegos comunitarios (ahí no hay cloacas) que desbordan cada vez que la lluvia cae fuerte.

"El gobierno contrata el servicio, pero no lo controla: nos cansamos de hacer reclamos por incumplimiento a la línea 147, a la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) y a la Defensoría", explica Maryluz. "En Navidad o Año Nuevo, los fines de semana o los feriados, puede pasar que el camión no venga. Esos días sin agua son un caos", se queja.

Pero esa mañana el camión sí llega. Dos trabajadores de la empresa Ashira le chistan a Maryluz desde el pasillo. Ella se asoma por la terraza y ataja la manguera, para empezar a llenar el tanque. Cada litro vale su peso en oro: se cuida gota a gota para que alcance para cocinar, lavar la ropa, bañarse. Aunque muchos en el barrio también la toman, ella compra bidones: "El agua del camión viene turbia, con ramas, porque está muy manipulada: en los traslados se va contaminando".

En la villa 20, el agua es escasa y tiene muy poca presión
En la villa 20, el agua es escasa y tiene muy poca presión.Foto:Ricardo Pristupluk
El fantasma del dengue

Marcos Chinchilla recorre las calles de la villa 20, en Lugano, como pez en el agua. Tiene 41 años y nació en ese barrio de la comuna 8, en el que viven unas 13.000 familias.

"Somos más de 45.000 personas en 33 manzanas: yo vivo en la 12", explica mientras camina entre la feria que de los fines de semana. A pocos metros, vecinos compran bidones de agua en un camión de reparto.

Los sábados, a las 12, en la intersección de Pola y Barros Pazos, se reúne la Mesa Activa por la Urbanización de la Villa 20, de la que él forma parte. Allí, Marcos distribuye folletos donde se lee: "En las últimas semanas el IVC visitó el barrio diciendo que tiene un proyecto de construcción de viviendas, que no contempla el mejoramiento de la infraestructura (agua, luz, cloaca, etc.) ni las mejoras de las viviendas".

La mayoría de los habitantes de la villa, cuenta Chinchilla, accede al agua por conexiones irregulares: "Aysa realizó obras en la periferia y la UGIS contrató a una cooperativa que hizo, hace unos meses, conexiones nuevas para las manzanas 28, 29 y 30, que eran las más afectadas por el tema del agua. En todo el barrio, la presión es muy baja".

Los vecinos se levantan a la madrugada para cargar los tanques, cuando hay más presión. También juntan agua en tachos, baldes y palanganas, generando las condiciones ideales para el dengue. En el barrio ya se confirmaron 80 casos: Marcos se contagió un mes atrás.

Para todos, el agua es potable entre comillas y por eso, muchos deciden no tomarla, ya que se dieron muchos casos de disentería. "Los problemas del barrio son estructurales: los parches que se van poniendo en la prestación de los servicios no sirven. Necesitamos que se cumpla la ley 148, que establece la urbanización de las villas, y la 1170, que se sancionó en 2005 y es específica para la villa 20", sostiene Marcos.

Los vecinos acoplan las mangueras en Playón de Chacarita
Los vecinos acoplan las mangueras en Playón de Chacarita.Foto:Ricardo Pristupluk
Una situación insostenible

Marina Morgan

Directora del Centro de Investigación Social de Techo

"La situación de aquellas familias que tienen que abastecerse por camión cisterna es la más grave por todo lo que implica en cuanto a la seguridad sanitaria el traslado del agua en tanques y tener que depender cada día de que aquél llegue"

Pablo Vitale

Coordinador del área de Derecho a la Ciudad de la ACI

"Mientras en los demás barrios porteños el servicio, si bien tiene sus problemas, está prestado de manera estandarizada, en las villas esto no ocurre"

Maryluz Zambrana

Vecina de Playón de Chacarita

"Los vecinos cuelgan mangueras de los techos: son las pinchadas que el camión cisterna termina desechando. Las recogimos para hacer sistemas de acople y poder llegar a los lugares más altos de forma práctica"

she is 34 years old and lives in the settlement Playon de Chacarita since 2006; in a house, brick by brick, raised with his family on the ground floor, living his mother and stepfather, two brothers and an aunt while she shares the top with her two children: Jessica, 18, and Victor, 11.

Located in the commune 15, in Playon de Chacarita roughly 850 families reside. "Initially, we had no water. The neighbors who were closer to the street allowed us to us to fill pails in his shins," recalls Maryluz, who works as a cleaning assistant in a school and is a benchmark for the development of the neighborhood. "Eventually, we were making illegal connections, but more and more families arrived and began to be insufficient: the water pressure is very low, and if one added to the network, or yes harmed another neighbor."

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Many claims with few answers
According to official data, there in the Autonomous City of Buenos Aires (CABA) 14 villas and 21 settlements, where about 275,000 people (9% of the locals) live. These figures contrast with those of Informal Settlements Survey conducted by the roof organization in 2013, totaling 56 villages and informal settlements where 73,325 families would live.

93% of these neighborhoods has an irregular connection to the public water network; only 5% of cases the families have a formal connection, and 2% of the settlements are supplied by a tanker or other methods.

"Spotty connection is called when neighbors engage themselves into the public grid nearest running water without receiving a formal service provision, which would imply that they are given an invoice and copper grant it company," explains Marina Morgan, director of the Center for Social Research Roof.

The report notes that some of the drawbacks that brings the use of water from an irregular connection are, for example, low pressure and that the hoses are often punctured, causing contamination.

The small amount that eventually reaches households decreases even more in summer when most needed, which can lead to dehydration and other health problems and health for its inhabitants.

Paul Vitale, coordinator of the Right to the City Civil Association for Equality and Justice (ACIJ), emphasizes: "The services in these areas, including water, are always provided in differentiated from the rest of the city: limited, inadequate and confusing "way.

This, he says, shows a pattern of discriminatory inequality towards lower income sectors: areas without access to safe drinking water tend to coincide with those where lower income people live.

Marcos Chinchilla joint water in basins
Marcos Chinchilla water board in palanganas.Foto: Ricardo Pristupluk
Demand change

Determined not to give up on the demand for this service, Maryluz, along with a group of Playon de Chacarita neighbors, he made presentations to aysa and to the Ombudsman of the City.

"In 2009, autoconvocados neighbors will begin a court case the city government and the judge answered for us and said it would supply the neighborhood of water, electricity and sewers," he says. "In 2010, they began arriving tankers, and four years later opened aysa some hydrants at the periphery: the neighbors made the connections, but they are very weak, with little pressure." A apples six (where Maryluz lives) and seven is not even a drop.

Those who live there expect every day the tanker parked in the only entry that has the settlement. The hoses are unwound in the corridors winding through standing water, dog droppings and above blind community wells (there no sewers) that overflow every time the rain falls hard.

"The government hires the service, but does not control: we get tired of making claims for breach to the line 147, to the Management Unit and Social Intervention (UGIS) and the Ombudsman" Maryluz explains. "At Christmas or New Year, weekends or holidays, it can happen that the truck did not come. Those days without water are a mess," he complains.

But this morning the truck does come. Two employees of the company Ashira will chistan to Maryluz from the hallway. She looks out on the terrace and makes the hose, to begin filling the tank. Each liter is worth its weight in gold: drop by drop is careful to hit for cooking, laundry, bathing. Although many in the neighborhood also take it, she buys drums: "The water truck comes cloudy, with branches, because it is heavily manipulated: in the transfers will pollute".

In the villa 20, water is scarce and very little pressure
In the villa 20, water is scarce and very little presión.Foto: Ricardo Pristupluk
The ghost of dengue

Marcos Chinchilla through the streets of the village 20 in Lugano, like a fish in water. He is 41 years old and was born in the neighborhood of the commune 8, in which some 13,000 families live.

"We are more than 45,000 people in 33 blocks: I live on the 12th," he explains while walking between the fair that weekend. A few meters away, neighbors buy water bottles in a delivery truck.

On Saturdays, at 12, at the intersection of Pola and Barros Pazos, the Bureau Activa by the urbanization of the Villa 20, of which he is part meets. There, Marcos distributes pamphlets which reads: "In recent weeks the IVC visited the neighborhood saying that you have a project of housing construction, which does not include the improvement of infrastructure (water, electricity, sewer, etc.) or improvements housing. "

Most of the villagers, has Chinchilla, access to water by irregular connections "aysa realized works in the periphery and the UGIS hired a cooperative made a few months ago, new connections for blocks 28, 29 and 30 which were the most affected by the water issue. throughout the neighborhood, the pressure is very low. "

The neighbors get up at dawn to load the tanks, when more pressure. Also they gather water in pails, buckets and basins, creating ideal conditions for dengue. In the quarter and 80 cases they were confirmed: Mark a month ago was infected.

For all, water is potable in quotes and so, many choose not to take as many cases of dysentery occurred. "The neighborhood problems are structural: the patches that are becoming in the provision of services do not serve need the law 148, which establishes the urbanization of villas, and 1170, which was enacted in 2005 is met and it is. 20 specific to the villa, "says Marcos.

Neighbors coupled hoses in Playon de Chacarita
Neighbors coupled hoses in Playon de Chacarita.Foto: Ricardo Pristupluk
An untenable situation

Marina Morgan

Director of the Center for Social Research Roof

"The situation of those families that have to be supplied by tanker is the most serious for all that implies in terms of health security transfer water tanks and have to rely on each day that it comes"

Paul Vitale

Coordinator of the Right to the City ICA

"While in other neighborhoods of the city the service, but has its problems, is provided in a standardized manner, in villages this does not happen"

Maryluz Zambrana

Playon de Chacarita's neighbor

"The neighbors hanging hoses ceilings: are pricked the tanker ends up discarding collected for coupling systems and reach the highest places practically."

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